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8 de Junio de 2020

Unidad de Paciente Crítico: Atención humanizada, de calidad y comprometida para los más graves de Magallanes

La Unidad de Pacientes Críticos del Hospital Clínico Magallanes (HCM) es el centro más grande y referente de la región. Durante los últimos meses ha debido triplicar su número de camas UCI para atender la demanda de pacientes graves debido a la pandemia Covid-19. Para todo su personal han sido semanas extenuantes de trabajo y a la vez, un gran desafío poder dar cobertura y atención segura para todos quienes ingresan a esta unidad, la cual posee una baja tasa de mortalidad y que se caracteriza por entregar una atención humanizada en la que la familia del paciente es parte del proceso de recuperación.

Su estatus de centro referente no se gestó con la llegada de la pandemia sino que se remonta 16 años atrás con la conformación oficial de la Unidad de Paciente Crítico en el año 2004. Un modelo de atención progresivo que se gestó bajo el diseño del Ministerio de Salud y diversas sociedades científicas para recibir pacientes graves concentrados en un espacio común y en donde personal clínico posea las capacidades y competencias necesarias para dar respuesta a la  gravedad de los casos en Magallanes.

A través de un trabajo conjunto entre el Ministerio de Salud, el Gobierno Regional y HCM se pudo fortalecer y robustecer esta unidad que previo a la pandemia covid-19 , había disminuido considerablemente los traslados a la capital ya que se resolvían en su mayoría todos las atenciones graves,  “solo cosas puntuales se tienen que referir a Santiago, como los  gran quemados por ser GES y tienen centro de referencia nacional y el aneurisma que tenga que hacerse procedimiento endovascular”, señaló la enfermera supervisora de la UPC, Marcia Ureta.

Desde que se inició la pandemia el equipo clínico de esta unidad tuvo que hacer un reformateo completo de su sistema de atención. Hubo un aumento de camas UCI lo que generó un intenso trabajo de acomodar la unidad con ventiladores, monitores, equipamiento y el ajuste del recurso humano. “Fue un trabajo extenuante  del cual me siento muy orgullosa del equipo que  ha dado respuesta con una actitud activa hacia este desafío,  sacrificando muchas cosas, han dejado familias, hay una  carga emocional que conlleva el cuidado de los pacientes covid-19 ya que llegan solos y con temor”.

Previo a la llegada del coronavirus a la región, la UPC se caracterizaba por tener una política de comunicación directa y presencial con cada una de las familias de los hospitalizados. Existían reportes médicos presenciales diariamente, la familia podía visitar al enfermo y hacerse cargo de su cuidado e higiene, podía acompañarlo en sus últimos días de vida, entre otras medidas que beneficiaban la recuperación del paciente y la tranquilidad de sus familias. “La gente  a veces cree que cuando escucha UCI, es un lugar donde uno se va a morir, donde hay pasillos helados y el personal es muy frío.  Hay que cambiar esa mirada pues  somos un personal que tiene corazón, que atiende a sus pacientes comprometidos y que integra a su familia para su pronta recuperación”.

Pero con la llegada de la pandemia, esta unidad tuvo que ver la forma de cómo continuar con la humanización en la atención respetando las medidas restrictivas para evitar la propagación de los contagios. En ese sentido el Dr. Andrés Prieto, médico intensivista de la UPC señaló que: “Los dos primeros meses mantuvimos cerrada la UCI  a las familias por el peligro de contagio, implementamos las llamadas diarias para entregar el reporte médico y cuando los pacientes ya estaba conscientes se inició la videollamada para poder verse unos a otros, lo que sin duda ayuda a la recuperación, y genera tranquilidad tanto para la familia como para el paciente. Considerando que están mucho tiempo en la sin ver a ningún familiar verlos a través de videollamadas les baja mucho la andrenergia y el estado de angustia que presentan solo por el hecho de estar solos”.

Al respecto la enfermera supervisora Marcia Ureta agrega que  “para nosotros es impactante ver que un paciente se va a otra región del país y por otro lado, cuando el paciente fallece, lo hace acompañado del equipo de salud y no de su familia. Ese tipo de situaciones genera  una carga emocional que hemos podido sobrellevar”, recalca. Se ha desarrollado una humanización del personal, el  compromiso emocional es importante y se derriba el mito de que el personal que convive diariamente con la muerte pierde la sensibilidad frente a ella. “Cada uno de nosotros  sufre su duelo con cada paciente que fallece”.

En la Unidad de Paciente Crítico HCM trabajan 24 personas por turno, durante la crisis sanitaria este equipo ha sido aumentado exponencialmente llegando en los días más críticos del mes de abril a tener 35 personas trabajando en la unidad. Se ha debido protocolizar atenciones para trabajar con rigurosidad en el manejo del paciente grave. “Acá es muy importante el ventilador mecánico pero a ese ventilador hay que agregar un soporte de equipo humano para que trabaje con ello y eso no pueden estar separados. Un ventilador por sí solo no salva la vida de un paciente”, agregó Marcia Ureta.

 

Modelo a seguir para el resto del país

Fue a finales de abril donde el mismo Ministro de Salud, Jaime Mañalich mencionó a Punta Arenas como ejemplo de afrontar y preparar la llegada de la crisis. Así también lo mencionó la Sociedad de Medicina Intensiva (SOCHIMI) que destacó la organización  y gestión de HCM que en sus semanas más críticas,  llegó a tener 21 de 24 camas críticas  camas ocupadas.

Con más calma después de haber bajado considerablemente  el número de hospitalizaciones por covid-19  el Dr. Prieto señala que el equipo nunca se vio mermado por estar avasallado por la cantidad de gente con coronavirus, “Siempre estuvieron muy motivados. El estrés se vio al inicio pero una vez que se ingresó al training de estar viendo permanentemente coronavirus el personal se adaptó rápidamente y jamás bajaron los brazos (…) Salimos excelentemente bien con una  muy baja mortalidad que es gracias a los cuidado del equipo de enfermería, tens, auxiliares de servicio y todo el personal que compone la UPC”.

La Dra. Manuela Brinkmann, especialista en Medicina de Urgencia (Urgencióloga), quien trabaja  en las unidades de Emergencia y Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de la Universidad de Chile vino a HCM  a colaborar a través de un convenio SOCHIMI a la UPC HCM durante sus semanas más intensas.

Al respecto al facultativa señala que “la labor que se ha realizado ha sido magnifica. El equipo es de alto nivel, el trato que se le da al paciente, el esfuerzo que se le pone para que salgan adelante es incomparable (…) Encontré un equipo comprometido que ha trabajado duramente por sacar adelante a los pacientes en condiciones de mucha presión y mucha exigencia, han hecho un tremendo trabajo que merece reconocimiento”.

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