Un amor para toda la vida: Rosita y Manuel contrajeron matrimonio en capilla del Hospital Clínico
Pasaron años para que el Hospital Clínico Magallanes viviera una ceremonia de esta manera. Todo era alegría, felicidad e incluso llanto.
Eran pasadas las 17 horas del viernes del 3 junio. Un matrimonio consolidado y con un hijo de por medio, contraían nupcias en la capilla del establecimiento.
Era Rosita Sánchez y su marido Manuel Ojeda, casados hace más de 25 años por el civil, pero esta vez, querían hacerlo antes los ojos de Dios.
Rosita padece de una enfermedad neurológica degenerativa que la mantiene hace más de un año en la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Clínico; mientras que Manuel –su esposo- trabaja en un taller mecánico en el sector sur de Punta Arenas, pero todo eso no le ha impedido dejar de visitar ni un solo día a la mujer que le dio el “Sí, acepto”.
La ceremonia estuvo rodeada de mucha emotividad. La nostalgia del momento se respiraba en el aire, pero el amor entre Rosita y Manuel era indescriptible.
“Es un amor totalmente profundo, un amor leal, sincero y muy lindo (…) estoy muy agradecida de todas las personas que asistieron a la ceremonia y todo el equipo médico ya que han sido un gran apoyo para mí”, narró emocionada Rosita.
Al término de la ceremonia, Manuel se tomó unos minutos para agradecer a los presentes y al equipo médico que ha trabajado por la recuperación de su esposa.
Pero más allá de ello, la emoción del esposo era impagable. “Estoy muy emocionado porque pudimos compartir con nuestros familiares, amigos y equipo médico. A Rosita la conozco desde hace más de 25 años, nos conocimos por casualidad; es como si Dios nos hubiese querido unir. Fue amor a primera vista que, hasta el día de hoy, ha sido como el primer día”.
“Mi papá es un crack”
En primera fila estuvo Matías, el hijo de Rosita y Manuel.
Cuenta que, al ver a su mamá entrando a la capilla y pasando por el altar “fue muy emocionante”.
Pero Matías también describe que el amor que su papá siente por su mamá “no se puede igualar”. No solo por los más de 25 años juntos, sino que, han permanecido juntos en la salud y en la enfermedad.
“Es un crack definitivamente. Verlos juntos por tanto tiempo es algo que hay que vivirlo. Fue muy emocionante, me dieron ganas de llorar. Son una pareja muy hermosa. Es un amor muy grande el que tienen ellos”, dijo Matías.
Humanización del cuidado
Para Marcia Ureta, enfermera supervisora de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Clínico Magallanes, la ceremonia fue coordinada junto a la familia de la usuaria y el equipo médico; actividad que no es frecuente en el ámbito hospitalario, pero debido al contexto, pudo realizarse.
“Tomando todas las precauciones en tiempos de pandemia, hemos podido lograr llevar a feliz término esta actividad que, además se enmarca en conectar el paciente, la familia y el equipo médico, viéndose reflejado en esta ceremonia”, puntualizó Ureta.