Prótesis de rodilla bisagra permitió a paciente postrada ponerse de pie
Por primera vez en el Hospital Clínico Magallanes (HCM) se realizó implante bisagra de rodilla a paciente que por años estuvo en silla de ruedas. A poco tiempo de realizada la cirugía, ésta pudo ponerse de pie y ya ha recibido el alta médica.
A fines de febrero pasado, Marina Cárdenas de 71 años pudo iniciar lo que sería una nueva oportunidad en su vida. Después años postrada en una silla de ruedas tras una fuerte caída que produjo que su rótula saliera de lugar, llegó el día en que se sometió a una cirugía de prótesis bisagra que permitió ponerse de pie y dar de a poco, sus primeros pasos.
El equipo a cargo de la cirugía de la Sra. Marina estuvo encabezado por el Dr. Patricio Soler, traumatólogo HCM, quien después de varias reuniones médicas, decidió aceptar el desafío de realizar esta compleja cirugía. “La pierna derecha de la paciente tenía una artrosis severa, anquilosada, luxada y con destrucción de los ligamentos y tenía el aparato tensor en la parte posterior de la rodilla; es decir, era una rodilla deformada con huesos de muy mala calidad debido a su estado de postración lo que hacía una cirugía muy compleja”, señaló el profesional.
La prótesis bisagra se implanta en casos de grandes desastres de rodilla y posee un sistema mecánico que permite prescindir de las partes blandas de la rodilla, lo que hace que sea una cirugía con riesgo, de dificultad quirúrgica y por lo tanto una mayor recuperación y una larga rehabilitación.
“Por años sufrí de dolores intensos después que me caí desde un cerco, estaba postrada sin poder ponerme de pie. Le agradezco enormemente al Hospital Clínico Magallanes y al Dr. Soler por haber decidido operarme ya que en todo momento me advirtió que era una operación complicada. Hoy me puedo poner de pie y dormir tranquila”, señaló la Sra. Marina muy emocionada.
Finalmente, el Subdirector Médico HCM, Dr. Claudio Barría señaló que es importante tener al personal y los especialistas capacitados en cirugías complejas y mantener especialistas en formación para la atención de la comunidad, “Saber que existen casos complejos, con efectos óseos severos que impiden una óptima calidad de vida y que pueden ser resueltas por un equipo competente, evitando el traslado a otras partes del país, significa que tanto el hospital como el paciente se ven beneficiados. Por una parte es una menor morbilidad para la red de salud y por otra, el usuario ve una mejora sustancial en su calidad de vida y todo resuelto a nivel local”.