
Olinda, 98 años y una historia de esperanza: la paciente más longeva atendida por Código ACV en Magallanes
En la calma de su hogar en Puerto Natales, Olinda Marimán, de 98 años, compartía la mañana junto a su cuidadora, Paola Oyarzo. Todo parecía normal, hasta que de manera repentina comenzaron a aparecer señales preocupantes: balbuceo, asimetría facial y pérdida de movilidad en el lado izquierdo del cuerpo. Paola, atenta, no dudó. Reconoció los síntomas de un accidente cerebrovascular (ACV) y actuó con rapidez: llamó al SAMU, iniciando una cadena de respuesta que sería crucial.
Minutos después, Olinda ingresaba al servicio de urgencia del Hospital Dr. Augusto Essmann Burgos. Allí, el médico Ignacio Marinovic identificó signos evidentes de un ACV y activó el protocolo Código ACV, diseñado para responder con velocidad y precisión ante este tipo de emergencias.
Gracias al uso de telemedicina, el neurólogo del Hospital Clínico de Magallanes, Dr. Claudio Espina, evaluó a la paciente en tiempo real desde Punta Arenas. La conexión entre equipos médicos permitió confirmar que se trataba de un infarto cerebral agudo y no una hemorragia, determinando así el tratamiento más indicado: trombólisis endovenosa, un procedimiento que disuelve el coágulo y restablece el flujo sanguíneo al cerebro.
La respuesta fue ejemplar. “La señora Olinda tuvo una excelente evolución durante su estancia hospitalaria, lo que permitió su alta médica una semana después, con una recuperación significativa en su movilidad y habla”, relató el Dr. Marinovic.
Desde la mirada clínica, el caso también marcó un hito. El neurólogo del Hospital Clínico de Magallanes, Dr. Javier Gaete, explicó que Olinda es la paciente más longeva tratada con trombólisis en la región, desde que este procedimiento comenzó a implementarse en Puerto Natales en julio de 2018.
Hasta la fecha, el Código ACV ha permitido atender a 190 pacientes en la región, de los cuales 30 han recibido trombólisis, mejorando de forma considerable su pronóstico y reduciendo secuelas.
Para Paola Oyarzo, la cuidadora de Olinda, todo fue cuestión de actuar a tiempo. “Haber reaccionado inmediatamente y que la atención fuese rápida significó que Olinda hoy se encuentre en buenas condiciones. En lo personal, como también la familia, estamos agradecidos del trabajo de los equipos de salud que hacen posible el Código ACV”, expresó.
La historia de Olinda es, más que un caso clínico, un testimonio de cómo el conocimiento, la tecnología y el compromiso humano pueden marcar la diferencia. En ella se cruzan la rapidez de una cuidadora, la preparación de los equipos locales, y el respaldo especializado del Hospital Clínico de Magallanes, conformando una red de atención que salva vidas, sin importar la edad.